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CONSTRUCCIÓN DE CONSENSOS VINCULANTES ENTORNO AL TRABAJO

CONSTRUCCIÓN DE CONSENSOS VINCULANTES ENTORNO AL TRABAJO

1. ACUERDO POLÍTICO Y SOCIAL

Desde hace años nuestro país transita la imposibilidad de encontrar consensos indispensables para la estabilidad de políticas de Estado que permitan encarar los necesarios cambios estructurales para alcanzar condiciones de desarrollo humano y económico.

Una vez resuelta la cuestión electoral y dada la actual fragmentación de la oferta política, se impone la necesidad del diálogo constructivo y con compromiso vinculante para consensuar una serie de objetivos comunes.

Cuando los países atraviesan situaciones de extrema complejidad política, económica, social y de confianza, han salido con grandes acuerdos políticos y sociales, sea quien sea la fuerza política que circunstancialmente ejerza la responsabilidad de gobierno. No existe hoy en nuestro país, fuerza política que por sí sola esté en condiciones de revertir la actual situación de la Argentina.

La iniciativa de un Consejo Económico y Social, con la condición de alcanzar un piso de consensos efectivos y vinculantes fue una oportunidad desperdiciada para la construcción de una agenda que permita encarar reformas estructurales.

Es por ello que Argentina necesita:

  • Definir rumbos estratégicos que no estén expuestos a la volatilidad política actual. El crédito político electoral se desvanece rápidamente y la política se encierra en la táctica de ofrecer cambios permanentes que no se pueden sostener por la falta de espacios institucionales de diálogo.

A 40 años de la recuperación democrática, tanto la política como los actores sociales debemos revalorizar en todas nuestras acciones el Estado de derecho. Mi rol en el ámbito internacional me permite comprobar dos elementos que en la Argentina del enfrentamiento permanente es imposible valorar:

  • El progreso social basado en un enfoque de derechos,
  • la importancia de la negociación colectiva y,
  • la representación sindical, no solo respecto al bienestar de los trabajadores, sino como contribución a la cohesión social y desarrollo productivo.

Es una falsa premisa hablar de convenios colectivos caducos. Las fuerzas del trabajo y la producción dialogamos permanentemente sobre condiciones de trabajo, pero también sobre el ecosistema productivo y fruto de esa interacción racional alcanzamos acuerdos. Esta virtud sólo puede ponerse en tela de juicio en un país donde nos gana el enfrentamiento que solo responde a apetencias mezquinas.

2. ESTABILIDAD ECONÓMICA Y SOCIAL

La estabilización de las principales variables económicas es la condición necesaria para poder proyectar un horizonte de mediano y largo plazo, aunque como sabemos no es, en sí mismo, suficiente para resolver todos los problemas de nuestra estructura productiva.

  • La reducción del déficit fiscal, variables como la tasa de interés, la estabilización del tipo de cambio, el fortalecimiento de las reservas y la recuperación del valor de nuestra moneda deben surgir del consenso de toda la clase política.

Las herramientas de política económica no deben ser propiedad de una fuerza política en particular, son instrumentos que pueden ser útiles dependiendo del contexto en el que son aplicados. El riesgo de idealizar instrumentos de la política económica restringe los grados de libertad para los hacedores de la política económica y, en consecuencia, limita la capacidad de solución de los problemas.

La política debe aportar a la gobernabilidad luego de definido el rumbo, este es el principal aporte a la previsibilidad económica, el impulso de las inversiones y el avance en un proceso de recuperación económica inclusiva, con desarrollo, optimización de la capacidad productiva instalada y promoción del empleo formal.

Los actuales índices de pobreza y exclusión social son inaceptables para un país con la potencialidad y los recursos naturales y humanos de la Argentina. Debemos promover la transición de los beneficiarios de planes sociales al trabajo formal. La formación y capacitación profesional son claves para lograrlo. En esta transición será inevitable mantener los subsidios para aquellos sectores que están inmersos en situación de pobreza estructural.

Debemos pensar en políticas que modifiquen nuestra matriz productiva para lograrlo. Nuestro país se caracteriza por contar con un sector agroindustrial con gran desarrollo potencial. Con un Plan de Desarrollo Federal diseñado para incrementar la producción, contemplando los desarrollos de las economías regionales, en pocos años podríamos generar exportaciones para alimentar a 600 millones de personas con valor agregado y generar empleo, que nos permita el ingreso de divisas que suelen ser un cuello de botella que condiciona nuestro desarrollo de sectores más dinámicos en empleo.

Otro punto clave para el desarrollo es la política energética. Argentina cuenta con reservas energéticas de petróleo, gas y reservas minerales de litio y cobre que representan una invaluable proyección de producción que nos permitiría diversificar nuestra matriz exportadora, sumar ingreso de divisas, además de generación de empleo y actividad económica a nivel interno.

3. EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL

Las recurrentes crisis económicas y el deterioro social ponen en jaque una institución que fue históricamente diferenciada en toda la región y sinónimo de progreso y movilidad social. Los niveles de pobreza y desigualdad desvirtúan el rol de la educación formal.

La escuela, en particular la escuela pública, tiene que equilibrar la heterogeneidad de la sociedad y centrar sus esfuerzos en la incorporación de saberes. La escuela no puede resolver las asimetrías sociales existentes ni puede proveer de igualdad de oportunidades con condiciones sociales tan dispares entre los hogares.

Sabemos que es necesario establecer políticas para adaptar los procesos de educación actual en los distintos niveles a una visión orientada hacia las distintas demandas vinculadas al impacto de las nuevas tecnologías en el futuro del trabajo. El problema de la empleabilidad no comienza cuando las personas alcanzan la edad activa laboral, en consecuencia es necesario promover la calidad y los estándares de la educación formal para reducir la brecha de conocimientos. Acortar la brecha del acceso a la educación integral y de calidad entre los sectores sociales con mayores facilidades de acceso y aquellos que en la actualidad se encuentran postergados en ese aspecto. Fomentar el desarrollo de la formación profesional, con certificación de competencias y facilitador de acceso al mundo del trabajo.

Con la revolución del conocimiento y de las nuevas tecnologías a nivel global como marco, la Argentina necesariamente debe formar y promover la formación en actividades que se caracterizan por la innovación y el uso intensivo de tecnologías y recursos humanos calificados que permitan incrementar el valor agregado y la productividad del conjunto de la economía. En este sentido la inversión en innovación tecnológica requiere del impulso estatal, complementada con acuerdos público privados que vinculen los desarrollos con necesidades productivas de alto valor agregado.

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